The Rise And Fall Of The Bolchevique Superstar

Es verdad, no hay que negarlo, Clarín miente.

Pero también es verdad que el gobierno miente

Y si hay algo interesante en Clarín es que cuando los atacan, de repente, empiezan a trabajar en serio. Y esta vez tienen razón. Y es algo que muchos ya pensamos sin que Clarín nos lo venga a decir: lo del tren bala es cualquiera.



REGARDEZ!



¡No me quieran atacar tan pronto! Me van a decir que una cosa no impide la otra, que "si hay plata, por qué negarse".

Pero saben qué, no hay plata parece. Porque los 4.000.000.000 de pesos que se necesitan para esta construcción que le podemos llamar "balinarda" surgen de préstamos. Sí sí, deuda externa.



De todas formas, claro que hay plata. Pero esa es otra plata. Podríamos decir que hay dos categorías de plata. La que se usa y la que guarda. La que se usa proviene de deuda y bonos. La que se guarda proviene del superávit. Loco, ¿no?



Ok, un tren bala a Rosario y Córdoba. Carrió dice que va a salir 600 pesos el pasaje. La verdad... el avión sale más barato.

Tiene unas pocas estaciones (claro, si no, no sería bala) con lo cual no ayuda en nada al crecimiento de esos pueblitos que murieron con el tren.

¿Y vieron cuántos vagones tiene un tren bala? No más de 4, para poder soportar esa velocidad.

Bastante poco para un inversión semejante, ¿no?



Ah! pero nos pone en "la punta de lanza de Latinoamérica".

Mire presidenta, yo entiendo que es necesario ser vanguardista, perosi tanto le gustó el chiche que vio en Francia, cómprese uno para su casa, así, en miniatura, y manéjelo a piacere.


Hace dos años comenzó el proyecto, hoy ya lo licitan. Bastante rápido. O, digamos, como deberían ser las cosas. ¿Por qué todo lo demás tarda tanto? ¿El arreglo de los trenes que salen de la ciudad? ¿La reconstrucción del tendido ferroviario?




El ferrocarril nacional, antes y después. (Agregarle al de hoy el tren a Posadas y el tren a Tucumán)




¿No hay miles de escuelas sin gas y sin techo incluso?



Nadie dice que el tren bala imposibilite construir techos o poner gas en las escuelas

Lo que sí digo es que el tren bala se va a hacer pero el gas no está en las escuelas (ni en las universidades).

Todo se puede hacer y a la vez, pero hay cosas que se hacen y cosas que no.



Ese tren no beneficia a nadie, excepto a los empresarios o millonarios que quieran viajar tranquilos (si es que no cascotean el tren a la entrada a Rosario como le hacen a Ferrocentral, y un cascote contra la velocidad de un tren bala... menudo golpecito!).



Aparte, el gobierno es tan pero tan bueno, que los estudios de impacto y todo todo lo necesario para construir lo dejó a cargo de la empresa.

Está bien, yo confío que Alstom, si encuentra que tiene que atravesar un pueblo, algun campo, dividir un lago, seguramente va a decir nooo, muchachos, paremos las obras porque por acá no se puede pasar. Es una cuestión de confianza, ¿no?



Mucha ironía, sí, pero uno se siente tan boludo cuando te pasan estas cosas por enfrente que siento que es la única forma de expresarlo.



Lo único que falta, y que no me entere eh!, es que usen las vías viejas de trenes abandonados para fundirlas y usar el material para estas...

Esto me lo entregaron en Boulogne el sábado.

¡Quiero que encuentren el problema más perturbador!

Que no quepa ninguna duda. Estamos siendo atacados. Oscuras fuerzas pusieron a trabajar sus más brillantes mentes y decidieron combatirnos con un tradicional método: el humo. La ciudad está en tinieblas y mi habitación espesa, gris, nebulosa. Las náuseas empiezan a aparecer.
Es el fin. No sé cuánto podré aguantar hasta caer en la asfixia, destino de cada porteño y granbuenosarino.
No, señoras, señores, niñas y niños. No vino en forma de nieve asesina controlada por extraterrestres dictadores. Tampoco volvió en forma de fichas. Es humo. Es Londres al cuadrado.
Es la erupción de un volcán y la posterior caída de cenizas.
Es ducharme, haber dejado la ventanita abierta y sentirme sucio al salir de la ducha.
Es tener los ojos irritados.
El sol se pone blanco y la luna roja. Los vehículos se detienen para siempre. La comida viene con ceniza.
Desde el campo comienza la revolución y estamos todos en la lista roja. No hay simpatía para el diablo. Pronto se sumarán otros. Los basureros no recolectarán basura y los gatos, todos grises de hollín, harán festines entre las bolsas de consorcio. Algunos comen en las de basura orgánica. Otros se acurrucan entre los plásticos inorgánicos.
Hasta que alguien las prende fuego. Más humo y pestilencia. Los bomberos abandonan su trabajo y se mudan al Nahuel Huapi.
Los barbijos se están acabando.
Michael Jackson sonríe un poco.
Y ya falta poco para que, en su salsa, aparezcan los Jack destripadores sudamericanos.
Tengan miedo.
Mucho miedo.